- Una muestra imperdible de la obra de Joaquín Sorolla
- Obras clave que te transportarán a diferentes momentos de la vida del artista
- La vuelta de la pesca, 1894: la irrupción internacional
- ¡Triste herencia!, 1899: drama y consagración
- Madre, 1895-1900: la intimidad de la maternidad
- El baño del caballo, 1909: la plenitud de Sorolla
- Bajo el toldo, Zarauz, 1910: elegancia y sofisticación
- La siesta, 1911: poesía visual al aire libre
- La bata rosa, 1916: la antigüedad en la playa
- Primer jardín de la casa Sorolla, 1918-1919: el retiro interior
- No te pierdas esta exposición única
Una muestra imperdible de la obra de Joaquín Sorolla
Si eres amante del arte y estás en busca de una experiencia única, no puedes perderte la exposición que se está llevando a cabo en el Museo Sorolla de Madrid. En esta muestra, podrás sumergirte en el impresionante legado artístico de Joaquín Sorolla, uno de los pintores más reconocidos de la historia del arte español.
Obras clave que te transportarán a diferentes momentos de la vida del artista
La exposición cuenta con ocho obras fundamentales que representan distintos momentos y temáticas que fueron importantes en la trayectoria de Sorolla. Desde sus primeros trabajos relacionados con el mar, hasta sus pinturas más reconocidas de las playas del norte y el Mediterráneo, podrás apreciar la maestría del artista en la captación de la luz y los detalles de las telas y los jardines.
La vuelta de la pesca, 1894: la irrupción internacional
Una de las obras más destacadas de la exposición es "La vuelta de la pesca", que marcó la irrupción de Sorolla en el panorama internacional. En esta pintura, el artista logra captar de manera magistral la luz en las velas hinchadas de viento, en las aguas y en los cuerpos mojados, estableciendo así una constante en su obra que lo consagró como un maestro de la representación de los trabajos del mar.
¡Triste herencia!, 1899: drama y consagración
Otra obra imprescindible que podrás admirar en esta exposición es "¡Triste herencia!". Esta pintura narra el encuentro que tuvo Sorolla con unos niños desnudos en la orilla del mar, acompañados por un fraile. Este encuentro con los más desfavorecidos de la sociedad lo impactó profundamente y lo llevó a plasmar esta escena en su obra. Con esta pintura, Sorolla alcanzó su consagración, obteniendo premios y reconocimientos en exposiciones de renombre.
Madre, 1895-1900: la intimidad de la maternidad
En "Madre", Sorolla nos muestra la intimidad de un momento muy especial en su vida: el nacimiento de su tercera hija. A través de pinceladas blancas y grises, el artista nos transporta a la dicha de la vida y a la relación entre la madre y la recién nacida. Esta obra es un canto a la pureza, la luz y la felicidad que representa la maternidad.
El baño del caballo, 1909: la plenitud de Sorolla
En "El baño del caballo", Sorolla demuestra su plenitud artística. En esta obra, el artista retrata la playa del Cabañal, empapada por la luz del mediodía mediterráneo y el agua. Las figuras, de inspiración clásica, se destacan por su monumentalidad y simplicidad compositiva. Esta pintura es un homenaje a su tierra, sus gentes y el mar Mediterráneo.
Bajo el toldo, Zarauz, 1910: elegancia y sofisticación
En "Bajo el toldo, Zarauz", Sorolla nos muestra la elegancia y sofisticación de la Belle Époque en las costas del Cantábrico. Esta escena, protagonizada por su esposa e hijas, refleja la espontaneidad del veraneo en una época llena de despreocupación. La brisa del mar, la luz y los colores contrastantes crean una atmósfera única en esta obra.
La siesta, 1911: poesía visual al aire libre
En "La siesta", Sorolla nos invita a disfrutar de un momento de abandono físico y tranquilidad en un jardín vasco. Cuatro mujeres, que representan a su propia familia, descansan entre la hierba. Las pinceladas vivas y ondulantes, los contrastes de colores y la luz y sombra dan vida a esta obra de plenitud y armonía con la naturaleza.
La bata rosa, 1916: la antigüedad en la playa
En "La bata rosa", Sorolla vuelve al esplendor de la antigüedad grecolatina en su playa de la Malvarrosa. Esta obra combina clasicismo, sensualidad, luz y mar en un solo cuadro. Con su pincel, el artista logra transportarnos a un ambiente mágico y evocador de la Grecia antigua.
Primer jardín de la casa Sorolla, 1918-1919: el retiro interior
Las últimas obras que Sorolla pintó en los jardines de su casa madrileña son un reflejo de su retiro interior. Después de la intensidad de su trabajo en el encargo de la Hispanic Society, el artista se dedicó a pintar los rincones de sus maravillosos jardines diseñados por él mismo. El lirismo visual de estas obras es un canto final a la inmensidad de su legado artístico.
No te pierdas esta exposición única
Si quieres sumergirte en el impresionante legado artístico de Joaquín Sorolla, no puedes dejar pasar la oportunidad de visitar esta exposición en el Museo Sorolla de Madrid. A través de estas ocho obras clave, podrás adentrarte en la maestría del artista y disfrutar de la belleza de sus representaciones de la luz, el mar y la vida cotidiana. ¡No te lo puedes perder!