Capcom presenta Street Fighter 6, la nueva entrega de la franquicia que promete ser un portento de peleas callejeras y arte urbano
La legendaria saga de lucha de Capcom vuelve siete años después con su entrega más ambiciosa. Street Fighter 6 es un auténtico portento en un género que ha sobrevivido hasta nuestros días gracias a su capacidad de reinventarse y adaptarse a los nuevos tiempos.
La importancia de Street Fighter II en la historia de los videojuegos no puede ser subestimada. El juego popularizó el género de los juegos de lucha, iniciando una nueva época donde otros creativos se lanzaron a la contienda para generar marcas que todavía perviven hoy en día, y fue una auténtica revolución en arcades. Los salones de recreativos volvieron a llenarse, sobre todo en Japón y Estados Unidos, con riadas de jóvenes que agotaban la calderilla en frenéticas competiciones, generando unos beneficios de escándalo para Capcom.
La versión para Super Nintendo también consiguió unas ventas millonarias, haciéndose con un record que la compañía tardaría veinte años en romper. Generó a su alrededor una primitiva escena competitiva que luego derivaría en el mundo de los e-sports y los jugadores profesionales, las convenciones donde los seguidores se daban cita y su correspondiente cultura, muy enraizada en el hip-hop y la música urbana.
Capcom solo lanza un juego por generación, por lo que el lanzamiento de una nueva entrega, cuya vida útil se extiende durante años con mejoras y añadidos regulares, es todo un acontecimiento. Street Fighter 6, ya de salida, tiene una cantidad absurda de contenido. A los escenarios y los luchadores tradicionales (con varios personajes nuevos), se le suma un espacio donde socializar (remarcando el carácter online de la experiencia) y el modo World Tour, un pequeño RPG que supone una innovación total.
Un plantel de luchadores variado y equilibrado
Lo verdaderamente mollar está en el plantel de 18 luchadores que Capcom ha seleccionado esta vez. Con una mezcla de veteranos y algunas novedades, cada uno representa un estilo de juego propio. Del elegante kung fu de Chun-Li al contundente sumo de Honda, de la bestialidad de Blanka a la elasticidad grotesca de Dhalsim; cada personaje se mueve y ejecuta sus ataques de una forma completamente diferentes, con sus propias fortalezas y debilidades que los equilibran a todos. Street Fighter 6 hace un maravilloso trabajo de tutorialización, empezando desde muy abajo con los neófitos para que puedan entender los fundamentos básicos de un sistema reinventado. Batiéndose bajo la consigna “fácil de jugar, difícil de dominar”, Capcom sigue otorgando una enorme profundidad a cada uno de los luchadores.
El plantel inicial de Street Fighter 6 es de 18 luchadores, 12 clásicos entre los que no faltan Ryu, Ken, Chun- Li, Guile o Zangief, y 6 recién llegados como son Jamie, Kimberly, Lily, JP, Marisa y Manon. No son demasiados (llegarán más de pago en el futuro), pero todos ellos tienen estilos y posibilidades bastante diferentes, con más opciones de combate corto o a distancia, por ejemplo. Y sí, nosotros también echamos de menos al español Vega de inicio.
Nuevas mecánicas en los combates uno contra uno
Además de los clásicos agarres y hadoken el juego introduce nuevas mecánicas en sus combates uno contra uno. Disponemos de una barra de drive llena desde el principio que podemos gastar para realizar diferentes acciones especiales. Con drive impact sobrepasaremos un golpe del rival; con drive parry evitaremos un ataque y rellenaremos la barra; con overdrive podremos ejecutar los antiguos golpes poderosos EX; con drive rush avanzaremos tras un parry; y con drive reversal contraatacaremos tras bloquear al rival.
En definitiva, Street Fighter 6 es un auténtico portento de peleas callejeras y arte urbano que promete horas y horas de diversión y competición. Capcom ha vuelto a demostrar que es una de las grandes en el mundo de los videojuegos y que su legado sigue más vivo que nunca.